Este proceso debe ser estratégico, un recorrido pensado y analizado, que permita la transformación efectiva de las empresas, aprovechando los beneficios de la computación en la nube
Juan Camilo Ruiz, Product Manager de InterNexa, presenta una información sobre estratégica con el objetivo de aprovechar los beneficios de la computación en la nube.
Al futuro se llega desde el presente, esta es una realidad que se constata día a día al interior de las compañías. Asuntos claves para las empresas, como la flexibilidad, la escalabilidad, la reducción de costos y la seguridad de la información, entre otros, pasan por la computación en la nube, lo que implica que desde ya, es un asunto que debemos tener como prioridad para no quedarnos atrás en la carrera de la transformación digital.
Teniendo esto en cuenta, desde InterNexa queremos compartir algunos mensajes claves asociados al proceso de migración de los sistemas y aplicaciones de una empresa a la nube, al que denominamos Journey to cloud, para que este camino sea el más adecuado según las necesidades de cada empresa y su resultado sea exitoso.
La importancia de realizar una transformación gradual:
Cuando hablamos de journey to cloud estamos hablando de un camino que implica una transformación gradual y estratégica de la infraestructura de TI, con el objetivo de aprovechar los beneficios de la computación en la nube.
Se trata de un proceso mediante el cual las empresas transfieren parcial o totalmente sus recursos tecnológicos, como servidores, almacenamiento y software, desde una infraestructura local hacia la infraestructura basada en la nube.
Este proceso debe ser estratégico, un recorrido pensado y analizado, que permita la transformación efectiva de las empresas, aprovechando los beneficios de la computación en la nube como la escalabilidad, la reducción de costos, la mayor disponibilidad, la agilidad empresarial y la capacidad de innovación. Además, al migrar a la nube, las empresas pueden optimizar sus operaciones de TI y posicionarse mejor en el mercado actual.
¿Cuáles son las etapas del journey to cloud?
El viaje hacia la nube, el camino hacia la computación en la nube o journey to cloud, no se realiza de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere planeación, coordinación y gestión. Hay un momento para la evaluación y planificación, en el que las compañías entienden cuáles son sus necesidades, y evalúan los requisitos para migrar a la nube. En este punto seleccionar un proveedor de servicios en la nube será prioritario y debe ser aquel que entienda de la mejor manera, lo que la empresa necesita; pero también quién está dispuesto y tiene la capacidad de dar soluciones a situaciones que tal vez la compañía no había tenido en cuenta.
El tiempo de adaptación de las aplicaciones será importante; revisar cuáles servirán en nube, cuáles deberían modificarse en su arquitectura, cuáles se reemplazarán o si se necesitan desarrollos diferentes a los actuales. Hace falta tiempo para la implementación y migración, para la configuración de la infraestructura en la nube y la transferencia de datos. Y todo esto hay que probarlo bien antes del “start final”. Este proceso es paso a paso: ir a la nube de poco a poco y nunca en un big bang.
Beneficios del journey to cloud. Podemos hablar de mejoras en la eficiencia, optimización y reducción de costos, aumento en la disponibilidad y la escalabilidad, fortalecimiento de la seguridad a la par que se brinda un impulso a la innovación y la competitividad. Migrar a la nube es un paso importante para aprovechar los beneficios que ofrece la tecnología para posicionarse adecuadamente en el entorno empresarial actual
Retos del journey to cloud. Hay aspectos que se deben tener en cuenta en el propio journey to cloud, variables que se deben considerar para entender cuáles son los retos con los que se pueden encontrar.
Es posible que la complejidad de la arquitectura existente implique procesos más exigentes en la adaptación y reconfiguración de estos sistemas para llevarlos a la nube. Además, durante la migración a la nube, se debe garantizar la integración adecuada de sistemas y aplicaciones existentes, así como que la seguridad y la privacidad de los datos no se vean alteradas y que se cumplan las regulaciones y normativas aplicables.