En el contexto económico colombiano, el análisis reciente presentado por el Ministerio de Hacienda, basado en el estudio “Why Can Large Firms Hike Prices in an Emergency” de Isabella Weber y Evan Wasner, plantea interpretaciones que demandan un examen más minucioso y reflexivo.
Sostiene en una comunicación el Consejo Gremial Nacional que el documento de la Dirección General de Política Macroeconómica se propone explorar las complejidades subyacentes a las dinámicas inflacionarias recientes, examinando la economía en un conjunto de tan solo tres categorías predefinidas. En términos generales, el estudio ofrece perspectivas sobre el comportamiento de diversos factores económicos.
No obstante, al revisarse con detalle las conclusiones pueden verse como resultan imprecisas, sesgadas e incluso algunas de ellas no reflejan el contenido de los documentos de base. No podemos pasar por alto la diversidad y singularidad del entorno económico colombiano y de su tejido empresarial, caracterizado por la alta participación de micros, pequeñas y medianas empresas, la presencia significativa de la informalidad y una marcada dependencia de los mercados externos.
Por esto afirmar de manera precipitada que la inflación proviene principalmente de las utilidades de las empresas, sería una conclusión errada que no reflejaría la verdadera complejidad y diversidad del panorama económico colombiano.
Para leer y Complementar En Colombia, entre 2021 y 2022, las utilidades de las firmas han sido el factor que más ha aportado al aumento de la inflación
El documento del Ministerio de Hacienda se basa especialmente en un estudio y un modelo elaborado por Isabella Weber y Evan Wasner llamado “Sellers’ Inflatión , Profits and Conflict: Why can Large Firms Hike Prices in an Emergency”, que se concentra especialmente en tratar de identificar la efectividad de la política a monetaria para controlar procesos de inflación en los casos en los cuales la misma se debe a shocks de oferta, como el que se presentó durante la pandemia en los años 2020 – 21.
El estudio fue realizado inicialmente para el mercado norteamericano durante la pandemia y luego para otros mercados desarrollados de la OECD, en los cuales predomina una estructura económica significativamente distinta a la nuestra, especialmente por la presencia de un gran sector informal y la alta dependencia de nuestra economía de productos importados.
Sostiene el documento tambien. “Queremos llamar la atención al título y al mensaje principal del comunicado de prensa del Ministerio de Hacienda, que busca asignar la responsabilidad de la inflación a sólo uno de los agentes analizados en el estudio, y a sólo una de las variables que tíenen participación en las acciones de mercado. Es un error asignar esta responsabilidad a las empresas cuando son múltiples actores internos y externos los que tienen participación en la economía. Así mismo, es un error partir del supuesto de que estamos en un mercado oligopólico, en donde las empresas tenen el poder para fijar precios, más que por una reducción en la oferta o incremento en la demanda como ha ocurrido en el sector agropecuario.
Afirma el estudio que uno de los grandes impulsores de la inflación en Colombia pudo haber sido el aumento de utilidades generadas en productos derivados de la minería y el petróleo, como algunos de los que han registrado mayores incrementos en sus precios de venta. Pero no menciona, que estos precios están determinados especialmente por su valor en los mercados internacionales, que se convierten en pesos después de haber aplicado la tasa de cambio, y en ese orden no están determinados por criterios locales. Tampoco menciona el estudio que la gran mayoría de estos productos tienen como destino las exportaciones. Por lo tanto, el precio de venta a los mercados internacionales es inocuo sobre los mercados locales.
Concluye el informe que tiene 20 puntos de atención que el análisis que ofrecen los autores Weber y Wasner requiere de una mayor discusión entre la comunidad académica y una mayor comprobación a nivel empírico, pero en todo caso no puede transladarse simplificadamente a Colombia.
Por lo anterior, hacemos un llamado al equipo técnico del Ministerio de Hacienda para que tenga en cuenta los puntos acá expuestos antes de saltar a que conclusiones que estigmaticen indebidamente al sector empresarial colombiano. Una adopción apresurada de teorías que no han sido ampliamente discutidas y probadas puede conducir a un mal entendimiento de los determinantes de la inflación, y en consecuencia puede llevar a tomar decisiones de políca equivocadas, y contraproducentes para los propósitos del mismo gobierno en reactivación económica y protección de los ingresos de las firmas y de los hogares, con el agravante que se induce a una mala comprensión del aporte del sector empresarial al crecimiento económico y desarrollo del país.
De acuerdo con la Encuesta Anual Manufacturera del DANE, mientras las ventas de la industria manufacturera aumentaron 29%, la inversión lo hizo en un 202%, entre 2020 y 2021.
Mensajes como los trasmitidos a la opinión pública desconocen el papel del sector empresarial y desincentivan la inversión, la innovación, la ampliación del aparato productivo colombiano y las acciones mismas en responsabilidad social que hacen las empresas en los territorios donde operan, en beneficio de las comunidades.