- “El año 2025 se presenta como un periodo complejo y lleno de contrastes para el país, las empresas, los hogares y la sociedad en general. A pesar de que el año concluye con una leve recuperación económica, que se considera positiva, aún nos encontramos muy por debajo de nuestro potencial” Bruce Mac Master.
En un comunicado entregado por la Asociación de Industriales , ANDI, su presidente Bruce Mac Master, sostiene que uno de los logros más significativos ha sido el control de la inflación, que se ha reducido a niveles del 5%. Sin embargo, la preocupación principal radica en el ámbito fiscal, donde el país enfrenta un déficit elevado, un gasto desbordado, baja ejecución presupuestaria y una deuda en ascenso, lo que genera un riesgo latente de incumplimiento de la regla fiscal. Esta situación ha contribuido a la alta volatilidad en los mercados.
El cierre del año también trajo consigo la noticia del aumento del salario mínimo, que se incrementó por decreto en un 9.54%. Al considerar el subsidio de transporte, el crecimiento total alcanza un 11%.
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Para el líder gremial se prevé que la inflación para 2024 se mantenga en torno al 5%, con una meta similar para 2025. Este aumento salarial representa un incremento que supera el 120% de la inflación de este año y un 266% en comparación con la inflación proyectada para el próximo año.
Sin embargo, este incremento genera preocupación por sus posibles efectos sobre la informalidad laboral, el empleo, la inflación y las finanzas públicas, ya que se estima que añadirá una presión adicional de 2.5 billones de pesos al déficit fiscal del gobierno nacional.
Mac Master afirma que a nivel internacional, las tensiones geopolíticas y geoeconómicas continúan en aumento. Se observa un escalamiento de conflictos entre naciones, intensas jornadas electorales y un debilitamiento de la globalización, lo que ha llevado a una reconfiguración del comercio mundial en bloques económicos. Además, la inteligencia artificial (IA) está adquiriendo una relevancia cada vez mayor en este contexto.
Desde la Segunda Guerra Mundial, no se habían registrado tantos conflictos activos como los 59 que se contabilizan actualmente. De cara al 2025, se anticipa que la llegada de una nueva administración en Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump, influirá significativamente en el panorama internacional.
Trump ya ha mencionado la posibilidad de implementar aranceles y ha abordado temas relacionados con Panamá, Groenlandia, Israel y el condicionamiento del apoyo armamentístico de Estados Unidos a Ucrania. Este contexto global incierto plantea desafíos adicionales para la economía y la estabilidad social del país.
Mientras los países emergentes asiáticos experimentan un crecimiento superior al 5%, América Latina se estanca en torno al 2% y la zona euro apenas alcanza el 1%. En este contexto, el año 2024 ha presentado grandes retos para Colombia, que se tradujeron en una notable pérdida de confianza, una baja dinámica de inversión y un aumento en los costos de la deuda pública.
Esta situación ha impactado negativamente las finanzas del país, en gran parte debido a la errónea estrategia del gobierno que ha generado incertidumbre en el entorno económico. Hace algunos años, los costos de la deuda colombiana eran de los más bajos de la región; hoy, en cambio, se encuentran entre los más altos.
Las finanzas públicas de Colombia plantean importantes interrogantes: ¿Está el gobierno elaborando el presupuesto con un reconocimiento real de las limitaciones de recursos que enfrenta la economía? ¿Se cumplirá la regla fiscal en 2024 y 2025? ¿Cuál es el tamaño del Estado que puede sostener Colombia? ¿Cómo se implementará la reforma del Sistema General de Participaciones (SGP)?
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Es crucial que se retome la sostenibilidad fiscal como el objetivo principal de la política pública, enfocándose en la ampliación de la base de contribuyentes y en la eficiencia y austeridad del gasto, un tema que aún genera muchas dudas.
En términos de crecimiento, Colombia experimentó una moderada recuperación en 2024, con una proyección que podría cerrar en torno al 1.9%, un aumento respecto al 0.6% de 2023. Aunque este avance es positivo, resulta insuficiente: estas tasas de crecimiento no generan la riqueza ni el desarrollo necesarios, no logran impactar todos los sectores económicos y la inversión sigue rezagada, lo que nos hace perder nuestra posición de liderazgo entre las economías emergentes de la región.
Los sectores más dinámicos en 2024 fueron el entretenimiento, el agropecuario y la administración pública. Sin embargo, el sector de servicios carece de información desagregada, lo que limita nuestra comprensión de las nuevas actividades que están surgiendo.
Es fundamental que el país profundice en el análisis de estas áreas, desagregue los datos y identifique las exportaciones y contribuciones de cada sector para poder trazar un camino hacia un crecimiento más robusto y sostenible.