- La fusión entre Davivienda y Scotiabank Colpatria representa un acontecimiento significativo en el sistema financiero colombiano, consolidando más de 179 billones de pesos en activos y posicionando a la nueva entidad como el segundo banco más importante del país.
Según la Superintendencia Financiera, esta integración no solo refuerza la presencia de Davivienda en el mercado colombiano, sino que también amplía su alcance en Centroamérica, con un notable incremento de activos en países como Costa Rica y Panamá.
Se estima que Davivienda contará con un total de 27.4 millones de clientes en la región, con un aumento proyectado de activos del 30% en Colombia, del 90% en Costa Rica y del 180% en Panamá. La transacción, anunciada oficialmente el 6 de enero, está pendiente de la aprobación de las autoridades regulatorias, la cual se anticipa para el segundo semestre de 2025, informo el portal Infobae.
En términos de negocio, Davivienda absorberá la operación minorista de Scotiabank Colpatria, incluyendo su cartera de tarjetas de crédito. Esto le permitirá superar a Bancolombia en este segmento crucial del mercado. Actualmente, Bancolombia lidera con 2,350,911 tarjetas de crédito activas, mientras que Scotiabank Colpatria y Davivienda cuentan con 1,814,593 y 1,537,793, respectivamente.
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Con la fusión, Davivienda alcanzará un total de 3,352,386 tarjetas de crédito vigentes, superando a Bancolombia por más de un millón de tarjetas.
La adquisición de Scotiabank Colpatria no solo posiciona a Davivienda como líder en el mercado de tarjetas de crédito, sino que también transforma el panorama competitivo en términos de tasas de interés. Según datos del 27 de diciembre de 2024, las tasas de interés para clientes con ingresos de hasta dos salarios mínimos mensuales legales vigentes (Smmlv) son del 26.0% en Scotiabank Colpatria, 14.0% en Davivienda y 15.4% en Bancolombia. Para aquellos con ingresos superiores a dos Smmlv, las tasas se sitúan en 25.6% para Scotiabank Colpatria.
Abar Singh, presidente de Scotiabank Colpatria, calificó esta operación como un “paso estratégico” que refleja el compromiso a largo plazo de la entidad canadiense con la región. Además, Scotiabank mantendrá una participación del 20% en las operaciones de Davivienda y un asiento en su Junta Directiva, asegurando así su influencia en la dirección estratégica del banco. “Refleja nuestro compromiso a largo plazo con la región y abre un mundo de oportunidades para nuestros clientes, colaboradores y aliados”, afirmó Singh en declaraciones al diario La República.
Sin embargo, la adquisición también genera incertidumbre entre los clientes de ambas entidades, especialmente en Colombia, donde Colpatria cuenta con 2.5 millones de usuarios y Davivienda con cerca de 7.5 millones.
José Fernando Llano, presidente del Grupo Mercantil Colpatria, indicó que en el primer año ambas entidades continuarán operando de manera independiente, y que los procesos de integración comenzarán uno o dos años después de la aprobación regulatoria.
Esto significa que los clientes no experimentarán cambios inmediatos en sus operaciones bancarias, y la prioridad será garantizar la continuidad del servicio y la seguridad de los ahorros.
En caso de que la Superintendencia Financiera apruebe la fusión, se adoptará una marca única para las operaciones bancarias, probablemente bajo el nombre de Davivienda. No obstante, durante el periodo de transición, se mantendrá la marca actual de Scotiabank Colpatria. Por su parte, el Grupo Mercantil Colpatria conservará el derecho a utilizar la marca Colpatria en otros sectores, como seguros, infraestructura y energía.
La fusión entre Davivienda y Scotiabank Colpatria no solo redefine el mapa del sistema financiero colombiano, sino que también establece un nuevo estándar en la competencia por la captación de clientes y la oferta de productos financieros.
Con un aumento significativo en su base de clientes y activos, Davivienda se posiciona para liderar el mercado de tarjetas de crédito y ofrecer condiciones más competitivas en tasas de interés. Este movimiento estratégico podría tener un impacto duradero en la dinámica del sector bancario en Colombia y Centroamérica, beneficiando a los consumidores y desafiando a otros actores del mercado a adaptarse a esta nueva realidad.