Cartagena de Indias empezó a tener un reconocimiento en el contexto internacional prácticamente desde su fundación y se consolidó durante todo el periodo colonial.
El siglo XIX representó una pérdida de casi todos aquellos atributos que se habían ganado, con un enorme costo en todos los aspectos para sus ciudadanos.
Este panorama empezó a cambiar y el siglo XX le permitió recuperar una buena imagen por diversas razones, una de ellas por el conjunto del patrimonio cultural construido en la colonia que fue lo que la llevó a que en 1984 la UNESCO la reconociera como patrimonio cultural de la humanidad. Cartagena es hoy la ciudad más conocida de Colombia en el contexto del turismo internacional, en los escenarios del cine, de la música clásica, de las letras y la literatura.
Tal vez es la ciudad con la cual los lectores de García Márquez en todo el mundo la asocian a su obra. En otros términos, Cartagena es reconocida internacionalmente por su papel en la cultura.
Este solo hecho debe hacer pensar en la conveniencia y necesidad de que la Alcaldía mayor disponga de una instancia de primer nivel, que no solo administre, gestione, planifique y promueva ese universo que es la cultura, sino que también sea el instrumento para potenciar la riqueza que en distintos aspectos poseemos como ciudad, en especial en sus ciudadanos.
Una de las razones para una Secretaria de Cultura es tener la prioridad, como lo tienen otras dimensiones de la gestión pública, que le garantice a todos los cartageneros el acceso efectivo al ejercicio de sus derechos a la cultura, no como espectáculo, sino como libre expresión de sus capacidades, como oportunidad de desplegar las habilidades o simplemente los deseos de poder manifestar sus sentimientos y valores atendiendo lo que dice la constitución.
“El Estado tiene el deber de promover y fomentar el acceso a la cultura de todos los colombianos en igualdad de oportunidades” . Más claramente lo expresa la UNESCO cuando afirma que “… está convencida de que ningún desarrollo puede ser sostenible sin un fuerte componente cultural. De hecho, solo un enfoque del desarrollo centrado en el ser humano y basado en el respeto mutuo y el diálogo abierto entre culturas puede conducir a una paz duradera”.
Hoy el IPCC tiene importantes retos que desbordan sus competencias y capacidades y en algunos aspectos está generando enormes vacíos como es en lo relacionado con el patrimonio cultural material e inmaterial, con las bibliotecas, la infraestructura, las artes, la creación, la promoción, la planeación, las demandas del turismo, los saberes tradicionales y populares, en especial en esta nueva dimensión de la identidad cultural que es el enorme acervo asociado con la cocina. Un componente esencial de esa secretaria es que tiene que dar cuenta de quiénes somos como ciudad, la sumatoria de una rica diversidad étnica y cultural.